Rutina facial para piel seca

 

Descamación, tirantez, picores. La piel seca suele mostrar signos claros de su condición, que pueden incluso resultar molestos a quien los experimenta, especialmente cuando llegan las altas temperaturas o inciden los agresores externos, como la radiación ultravioleta. En el ámbito más estético, este tipo suele adolecer además de falta de jugosidad, suavidad y luminosidad, por lo que suele necesitar cuidados extra para proporcionarle la hidratación y nutrientes necesarios. Con ello se pretende devolver el equilibrio hidrolipídico, previniendo así la aparición temprana de signos de envejecimiento cutáneo, como arrugas, líneas de expresión o hiperpigmentación.

Para que la rutina piel seca sea perfecta y los ingredientes escogidos los adecuados tanto de día como de noche, primero debemos atender a las características de la misma. En La Provençale BIO te contamos todos sus secretos y cómo atenderla para que luzca como nunca antes.

¿Cómo cuidar la piel seca?

En términos generales, la piel se clasifica bajo cinco categorías: normal, mixta, grasa, seca y sensible. Cada una muestra una serie de características y comportamientos o reacciones que ayudan a identificarla. En este caso, solo tienes que colocarte frente a un espejo, observar detenidamente tu rostro y determinar si percibes sensación de tirantez, aspecto áspero o escamoso. La respuesta afirmativa indicará que tienes la tipología seca, la cual retiene menos humedad que el resto, ya que las glándulas sebáceas segregan una cantidad más baja de grasa, lo que deriva también en la aparición prematura de líneas de expresión y arrugas.

Por tanto, la piel seca se caracteriza por carecer de suficiente agua y lípidos. A la hora de cuidarla, lo fundamental es restaurar ambos niveles para que la función barrera de la epidermis se mantenga fuerte y estable, protegiendo convenientemente y permitiendo que la cara se vea saludable.

Ahora bien, ¿por qué aparece? Las causas que hacen que la tez presente sequedad son muy diversas, pero los factores medioambientales influyen sobremanera:

  • Las bajas temperaturas y el viento constante alteran el manto hidrolipídico.
  • Limpiar y exfoliar en exceso, o con productos inadecuados, reduce la cantidad de lípidos superficiales y como consecuencia la epidermis se muestra menos elástica, jugosa y luminosa.
  • El calor seco intenso y persistente acelera la evaporación y, por tanto, una pérdida de agua superficial que altera el manto protector.
  • El exceso de radiación UV, además de acelerar la oxidación celular y la aparición de signos del envejecimiento, favorece la sequedad. Por eso, tras una exposición prolongada o sin la protección adecuada, sientes que tu piel necesita crema o lociones que repongan agua y grasa.
  • No beber suficiente agua, aunque parezca un cliché, marca la diferencia entre una piel seca y otra ligeramente deshidratada. Recuerda mantener un hábito de dos litros al día, una botella marcada con la meta puede serte de ayuda.
  • Dieta desequilibrada, con abundante azúcar o sal y falta de vitaminas; además de hábitos inadecuados, como el consumo de alcohol o fumar, pueden conducir a una mayor sequedad y fragilización cutánea.
  • La contaminación y el estrés, ambos omnipresentes en el modo de vida actual, alteran el funcionamiento normal de la epidermis.
  • Rutina facial piel seca

    Si has detectados los signos inequívocos de una piel seca, llevar una rutina facial de limpieza y cuidado específica es fundamental, pues este tipo suele presentar una alta sensibilidad y no acepta cualquier producto. Deberás prestar atención a los productos que se aplican de día, para que el rostro aguante el ritmo de largas jornadas de trabajo; pero, igual de especiales han de ser los cuidados al cerrar la jornada, ya que es de noche cuando la epidermis se regenera y restablece los niveles óptimos para lucir espléndida. Si te faltan argumentos para convencerte de lo importante que es el momento nocturno para la piel, echa otro vistazo a este tema donde te hablamos de ello.

    En La Provençale BIO proponemos una rutina facial piel seca y sensible con productos certificados por ECOCERT que hará que cuidarte no cueste nada e ¡incluso resulte un placer!

    Primer paso, desmaquillar. Resulta imprescindible retirar restos de maquillaje e impurezas para asegurarnos de que el tratamiento posterior penetra y actúa de manera efectiva. Nuestra Agua Micelar Anti-edad , enriquecida con extracto de hojas de olivo BIO rico en polifenoles, limpia y tonifica sin resecar, lo más importante. Elimina suavemente todo lo que la cara no necesita, incluida la sensible, para recibir adecuadamente los siguientes productos.

    Segundo paso, hidratar. Escoger el cosmético apropiado puede ser complicado, pese a que el objetivo parece sencillo. En La Provençale BIO recomendamos tratar con la Crema hidratante iluminadora, ya que hidrata y recupera la luminosidad, dejando una sensación suave y aterciopelada. Esta crema combina el poder nutritivo del aceite de oliva BIO y la manteca de karité BIO para una sensación refrescante. Su textura ligera se funde y penetra rápidamente, dejando una sensación cómoda y revitalizada.

    A demanda, aplicar un tratamiento intensivo enfocado a calmar y solventar la tirantez. Cuando necesites un extra de cuidado, el Bálsamo Nutritivo iluminador es ideal porque consigue reponer las pieles castigadas y secas. Enriquecida con aceite de Oliva BIO, aceite de argán BIO y aceite de jojoba BIO, esta crema nutre intensamente de manera instantánea sin dejar un acabado graso. Inmediatamente la tez se muestra protegida contra las agresiones exteriores al reparar su función barrera. Su agradable textura ofrece un delicado aroma floral, elaborado en Grasse con ingredientes 100% naturales, que convierte cada aplicación en un momento placentero.

    Además, hay otros gestos cotidianos que puedes adoptar o modificar que mantendrán la piel seca a raya:

  • Limita el tiempo en la ducha o baño a 5 a 10 minutos y utiliza agua templada en vez de caliente.
  • Aplica los productos de hidratación de cara y cuerpo a los pocos minutos de la limpieza para ayudar a retener la humedad.
  • No abuses de las fuentes de calor, situándote a cierta distancia de chimeneas o radiadores y, sobre todo, usa humidificadores si el ambiente es excesivamente seco.