Según la leyenda, el olivo es un regalo que la diosa Atenea hizo a los hombres. Este árbol milenario, casi eterno, sigue siendo hoy en día un símbolo de inmortalidad, esperanza y abundancia en la cuenca mediterránea.
Su fruto, tan frágil como valioso, posee numerosas virtudes. De hecho, el aceite de oliva es utilizado desde hace siglos por las mujeres como tratamiento cosmético. Un secreto de belleza que ha sido transmitido de generación en generación.
Decidimos centrar toda nuestra gama de tratamientos faciales y corporales en torno a este néctar milenario: el aceite de oliva.
Rico en antioxidantes, como la vitamina E y los polifenoles, el aceite de oliva posee propiedades protectoras y reparadoras, esenciales para combatir el envejecimiento de la piel.
Hemos decidido superarnos a la hora de cultivar, cosechar y prensar nuestras aceitunas de forma ecológica, uniendo fuerzas con los mejores productores ecológicos provenzales.
El aceite de oliva aporta numerosos beneficios, de hecho, aplicado sobre la piel o sobre el cabello, actúa como un tratamiento nutritivo, reparador y suavizante. Además, puede ser utilizado en todo tipo de pieles, incluso las sensibles.
Los polifenoles, moléculas conocidas por su poder antioxidante y presentes en numerosas plantas, actúan como un escudo protector frente a las agresiones externas. En nuestro aceite de oliva se encuentran en una cantidad importante, la cual les hace jugar un papel clave en el mantenimiento de la calidad y propiedades beneficiosas del aceite.
La actividad antioxidante de los polifenoles es particularmente interesante para nuestra piel, que sufre diariamente un estrés oxidativo debido a los rayos UV, la polución, el tabaco,… que se traduce en la aparición de radicales libres, implicados en el envejecimiento prematuro de nuestra piel. Capturando estos radicales libres, los polifenoles antioxidantes protegen la piel frente a la oxidación y por tanto frente a los signos de la edad, ayudando a preservar su juventud y luminosidad.
Nuestro aceite de Oliva Bio, rico en polifenoles antioxidantes, ayuda a proteger la piel de los daños causados por las agresiones externas y el estrés oxidativo.
Para obtener los mejores frutos posibles hemos confiado en la experiencia de Bruno Theuerlacher, un ferviente defensor de la agricultura ecológica que vive desde hace más de veinte años rodeado de sus 24.000 olivos, plantados en su propiedad de siete hectáreas en Mazan, al pie del Mont Ventoux (Francia).
Como buen apasionado de su profesión, Bruno estudia e investiga a diario nuevos procesos naturales para obtener el máximo rendimiento del fruto, sin por ello comprometer al árbol productor.
Más que un oleicultor es un amante de la naturaleza y de los árboles, a los que intenta comprender y guiar con el fin de producir en las mejores condiciones posibles y obtener solo aceitunas BIO excepcionales.
Dentro de las 24 horas posteriores a la cosecha, nuestras aceitunas pasan a manos de Jean-Luc Vernet, artesano apasionado y propietario del molino La Balméenne desde hace más de 25 años.
Él es el encargado de extraer unos 5000 litros de aceite de oliva BIO con D.O La Provenza necesarios para la fabricación de nuestros cosméticos. Este proceso se realiza en un periodo de tiempo muy corto, con el fin de preservar al máximo los polifenoles y la vitamina E, activos clave de nuestras fórmulas.
Confiamos plenamente en los conocimientos de Jean-Luc, ya que domina las técnicas artesanales y respeta rigurosamente todas las etapas necesarias para extraer nuestro valioso aceite de oliva.
Después de lavarlos con agua, los frutos son triturados por un molino de martillos hasta formar una pasta. Esta pasa a continuación a una mezcladora, donde permanecerá alrededor de 25 minutos antes de poder realizar la decantación, momento en el que el aceite se separa de la pulpa y del agua.
La flor de aceite (o la primera extracción en frío) se realiza mediante un simple drenaje sin presión mecánica en una máquina llamada "Sinolea".
Posteriormente la masa es de nuevo mezclada, sin añadir agua externa, y enviada a un decantador ecológico, el cual, por la fuerza centrífuga, permite recoger el resto del aceite.
Las dos extracciones son centrifugadas para extraer todo el agua restante y eliminar los restos de pulpa en suspensión.
Después de realizar una nueva decantación durante tres o cuatro días, limpiamos nuestro aceite dos veces con ayuda de unos filtros de celulosa. La conservación es óptima y duradera, sin necesidad de agregar conservantes, colorantes o productos químicos.