Los meses de invierno afectan a la piel de una manera frontal. Las bajas temperaturas, el viento, incluso la nieve, todos los factores climatológicos característicos de esta época tienen un impacto en su condición. Por eso es importante cuidarla durante este tiempo para devolver la hidratación y protección natural que tanto le ayuda a verse joven y saludable.
Los efectos del invierno en la pielGrietas, picores, sequedad extrema, descamación. Las consecuencias visibles del invierno no son para tomarlas a la ligera. Quien las sufre sabe perfectamente que no hay vuelta atrás y que en adelante el tratamiento cosmético que se aplique debe prestar especial atención a mantener la función barrera en buenas condiciones. También aportar agentes ricos suavizantes, como el aceite de oliva o el de argán, que ayuden a reponer los niveles de agua y nutrición de la epidermis. Si además añadimos un extra antioxidante para luchar contra las agresiones externas, como el de los polifenoles, logramos que los radicales libres no hagan de las suyas.
¿Qué productos son los más indicados para el cuidado de la piel en invierno? Desde La Provençale Bio te recomendamos cinco cargados de ingredientes ecológicos certificados para que tu cara y cuerpo descanse y se regenere pese a tormentas y temporales.
Nuestro, favorito, un Sérum Facial en forma de aceite seco con textura fundente que aporta aceite de oliva BIO, rico en polifenoles antioxidantes y vitamina E. Se aplica por la noche para que al día siguiente te levantes con un rostro liso, suave y descansado. Favorece la renovación y reparación, al incorporar otros tres aceites vegetales maravillosos: el de argán BIO, rico en ácidos grasos para mantener la función barrera cutánea, el aceite de jojoba BIO y el aceite de camelina, rico en omega 3. En conjunto, mejoran la elasticidad y la luminosidad.
Después, una crema híper concentrada en polifenoles, hasta tres veces más que nuestra Crema de Día, Crema Anti-arrugas . Muchas arrugas y líneas de expresión pueden verse mejoradas con una hidratación adecuada, otras necesitan algo más de potencia, pero todas se benefician de este producto de delicioso aroma y tacto que contiene aceite de oliva BIO, rico en polifenoles antioxidantes. No solo suaviza los surcos, sino que también tonifica, ilumina y aporta agua, siendo apta para todo tipo de casos, incluido el sensible, tan común actualmente.
Cómo cuidar la piel en inviernoEl peligro no solo está fuera de casa bajo las inclemencias del tiempo, el efecto que tiene la calefacción y los ambientes excesivamente secos propios del invierno sobre la piel son igual de dañinos. Las unidades de calor acaban con la humedad del aire, haciendo que la epidermis se deshidrate, muestre opaca y sin vida. Haciendo un símil, de la misma manera que te pones un abrigo para protegerte fuera, en casa debes atender a la humedad como tu escudo protector. Puedes usar un humidificador, colocar una cazuela con agua cerca de los radiadores o un difusor que hará que la estancia, además, huela genial.
Puede ser tentador darse un largo, humeante e hirviente baño caliente, pero a tu piel le vendrá mucho mejor si optas por una ducha de no más de 5-10 minutos a temperatura ambiente. De esta manera respetamos el equilibrio cutáneo natural que protege al órgano más grande del cuerpo de las amenazas. Además, si utilizas un producto adecuado para limpiarte los gérmenes y bacterias desaparecerán igualmente, sin que la temperatura del agua marque una diferencia notable en el grado de higiene resultante.
Si normalmente hidratas y nutres como un mantra, ahora es el momento de tatuártelo. Apuesta por texturas fundentes, untuosas y grasas que te ayuden a aportar elasticidad y comodidad. Sobre todo, en las manos, los labios y el rostro. Al final todas las zonas más expuestas deben ser de las primeras en recibir ese extra de cuidado para que no se resequen ni alteren.
Cuando luce el sol te acuerdas de protegerte de la radiación solar, pero ¿qué pasa cuando está nuboso, llueve o el día se presenta gris? Pues lo mismo, debes usar un filtro solar que proteja la piel frente a los riesgos climatológicos. Ten en cuenta que la nieve, por ejemplo, refleja la luz, por lo que sus efectos son aún más dañinos de lo habitual, y que las nubes son permeables a los rayos UV. Así que no hay excusas, SPF30 todo el año.