A la hora de realizar un ritual de limpieza facial, probablemente existan productos que no sepas cómo usar, en qué orden o para qué se utilizan. Una de las dudas y confusiones más comunes es la diferencia entre agua micelar y tónico. A simple vista pueden parecer iguales o similares, sobre todo en lo que a textura, consistencia y color se refiere, pero cuidado, no son sustitutivos y tanto su formulación como la finalidad son muy diferentes. En La Provençale BIO queremos mostrarte qué son, cómo, cuándo y por qué debes usarlos para que, cuando llegue la hora de proceder a la limpieza del rostro, el resultado sea una piel bonita, luminosa y tersa. ¡Absolutamente libre de impurezas!
Este producto desmaquilla en profundidad gracias a su principal componente: las micelas, unas partículas en forma de microesferas que contienen dos polos: uno hidrófilo, soluble en agua, y otro lipófilo, que atrapa las sustancias grasas que son incompatibles con el agua. Este le permite atraer todo tipo de impurezas, de manera que puede eliminar residuos externos provenientes del medio ambiente, restos de maquillaje o impurezas ligadas al funcionamiento natural de la epidermis. Su gran poder de limpieza hace que pueda sustituir a todo tipo de desmaquilladores, incluidos los específicos para los ojos. Otro de sus puntos fuertes es que su aplicación resulta suave, refrescante e hidratante, por eso se puede usar hasta en las pieles más sensibles, como ya te contamos aquí.
En La Provençale BIO elaboramos el Agua Micelar Anti-edad añadiendo un interesante beneficio antiedad, al estar enriquecida con extracto de hojas de olivo BIO, que contiene polifenoles. Estas moléculas son reconocidas por su acción antioxidante que puede ayudar a proteger y mitigar los efectos de los radicales libres en las células. Esta agua es capaz de limpiar y tonificar eliminando suavemente impurezas y restos de maquillaje de rostro, ojos e incluso labios. El resultado es una piel lista para su rutina de cuidado diaria.
Muchas veces olvidado u obviado en el proceso de limpieza, su función es clave para lucir un rostro saludable y jugoso. En contra de lo que se cree, su función no es solo la de refrescar la piel, sino que además equilibra el pH después de la aplicación de leches de limpieza, recuperando el equilibrio de la barrera natural de protección cutánea. Además, ayuda a mantener los poros limpios, evitando que los residuos y células muertas se acumulen en ellos, pudiendo conducir a granitos. También hidrata y prepara la piel para recibir adecuadamente el tratamiento posterior, ya sea en forma de Crema Anti-edad de Día , Crema Antiarrugas, Aceite Sérum Anti-edad o Contorno de Ojos Anti-edad.
En el mercado existen diferentes tipos de tónicos adaptados a cada tipo de tez y a cada gusto, encontrar el que mejor le sienta a tu piel es fundamental para sentirla confortable.
Ambos son productos diferentes pero complementarios, por lo que lo ideal es que integres los dos en tu rutina. Sin embargo, es importante saber en qué orden usarlos porque para aplicar ambos debes utilizar lo mismo, discos de algodón o muselinas. Aquí nuestra propuesta de rutina de limpieza tanto por la mañana como por la noche:
Esta rutina de cuidado diaria puede ser aún más eficaz si entre el agua micelar y el tónico aplicas una o dos veces a la semana una mascarilla que, además de depurar la piel, ejerza una suave acción exfoliante. Nuestra Mascarilla purificante con Arcilla Blanca de La Provençale BIO es perfecta para ello, ya que elimina suavemente el exceso de sebo y las impurezas que obstruyen los poros sin resecar. Está elaborada a partir de arcilla blanca, roca volcánica y extracto puro de oliva BIO que purifican, alisan y limpian profundamente, restaurando la luminosidad perdida. Aplícala entre los dos pasos anteriores, dejándola actuar sobre el rostro de 5 a 10 minutos y después sí aclara abundantemente con agua.